Por Leo Agusto, abajofirmante por convicción, no por devoción

En el blog de una brillante mujer, Ira Franco, se hizo un llamado-reclamo a los escritores mexicanos a acotar-debatir los asuntos de la agenda política nacional. El asunto se expandió de blogs en blogs a blogs y se armó un debate que cayó en una hoguera de vanidades, incluído un tal Xavier Velasco del cual no sabemos al día de hoy si es el conocido escritor o un farsente, en cualquier caso me parece que el autor de Diablo Guardían, como persona pública que es, debe aclarar su participación en el debate aquí mencionado.

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México ha sido un país con críticos oficialistas como Carlos Monsivais, en algún momento de su vida amigo de Raúl Salinas; Elena Poniatowska, conocida por su militancia como Amlena; Sergio Aguayo, beneficiario del negocio de los derechos humanos e incluso en algún momento de la vida metido en el payroll de la CIA.

Y así nos podríamos seguir con una clase intelectual cuya función en el sistema político mexicano, salvo honrosas excepciones, ha sido la de criticarlo pero no desestabilizarlo o como dirían los gringos; shake it but don’t break it.

El blog como espacio de comunicación, debate y reflexión debe tomarse como una herramienta para criticar lo que esta mal, ya sea en México o en el mundo. Los escritores mexicanos, en particular, deben asumir su responsabilidad como líderes de opinión y poner el dedo sobre las llagas que se requieran. Como bien dicen, hasta ahora muchos no lo hacen por miedo a la censura y la exclusión de las limosnas del FONCA y del SNI.

Dicen que nombre es destino, el blog de Ira Franco se llama El Taza y su descripción breve es; si alguien corta tu oreja pon la otra. Me imagino en alusión al llamado a la rebeldía por parte de Jesucristo cuando dijo; Si alguien golpea tu mejilla, pon la otra. Muchos han entendido lo anterior como un llamado a la humildad o al dejarse joder completamente por el otro, pero no es así.

En los tiempos de Jesús a los esclavos se les golpeaba con el torso de la mano, cuando Jesús dijo a sus seguidores que pusieran la otra mejilla; en realidad se trataba de una invitación a la rebeldía, porque entre iguales se daban las bofetadas con la palma de la mano.

Eso es lo que me parece el llamado de Ira, una invitación a los escritores mexicanos, que jodonamente he llamado «los publicaditos», para que se bajen del pedestal al que los han subido sus becas y sus iesebenes y se vengan a debatir al mundo de los iguales. A que hagan lo que Peña Nieto, que lo firmen y que lo cumplan.