Por Leo Agusto, columnista legítimo
El día de ayer el presidente Felipe Calderón se reunió con el edil de Acapulco, de cuño perredista, Felix Salgado Macedonio. El motivo, hablar de obras de saneamiento en el puerto y Calderón utilizó eso de pretexto para sacar adelante la reforma petrolera «por el bien de Acapulco» (y de los acapulqueños, sí señor) ¿Sería válido sacrificar a Pemex por el puerto que tantas glorias musicales nos ha dado? Amor Eterno, María Bonita, el Acapulco Rock y tantas otras que no conozco ni recuerdo.
La pregunta ¿Félix Salgado Macedonio será tachado de traidor por haberse tomado la foto con el llamado presidente espurio?