Pero sin que importe el destiempo, Creel ha hecho bien en devolverle a su hija el derecho que ésta tenía y tiene a tener un padre legal. Y si Creel ha hecho bien, ¿por qué se afana ahora en culpar infundadamente a López Obrador de que se haya hecho público su tardío acto de honradez paternal
¿Será que Santiago pretendía que su acto de honradez paternal se quedara, cómodamente, en lo oscurito
¡Qué bueno que Constanza haya recuperado su derecho a tener padre! Qué lástima, sin embargo, que su papá esté dando, cuatro años después, nuevas muestras públicas de hipocresía y cobardía.
Miguel Ángel Ferrer en Rumbo de México
Algunos medios de prensa están responsabilizando a López Obrador de la supuesta filtración del acta de reconocimiento, por cuenta del senador Santiago Creel, de la hija, Constanza, de una figurilla de la farándula de nombre Edith González.
¿Olvidan esos medios y esas plumas interesados que las actas de nacimiento y de reconocimiento de hijos son documentos públicos
¿Olvidan que en este asunto de Constanza, el personaje central no es el tabasqueño, sino, justamente, Santiago Creel, quien, cuidando sus aspiraciones presidenciales se abstuvo por varios años de proceder a ese ético reconocimiento
¿Y olvidan que finalmente Creel lo hace cuando políticamente es ya un cartucho quemado
Pero sin que importe el destiempo, Creel ha hecho bien en devolverle a su hija el derecho que ésta tenía y tiene a tener un padre legal. Y si Creel ha hecho bien, ¿por qué se afana ahora en culpar infundadamente a López Obrador de que se haya hecho público su tardío acto de honradez paternal
¿Será que Santiago pretendía que su acto de honradez paternal se quedara, cómodamente, en lo oscurito
¡Qué bueno que Constanza haya recuperado su derecho a tener padre! Qué lástima, sin embargo, que su papá esté dando, cuatro años después, nuevas muestras públicas de hipocresía y cobardía.
Moda desinformadora y desorientadora
Y hablando de desinformación, son notorios los afanes por vincular artificiosamente a las FARC (la guerrilla colombiana de liberación nacional) con cualquier persona, movimiento social, gobierno o institución incómodos para Estados Unidos y para los gobiernos sumisos ante Washington.
Ya calumniaron al presidente ecuatoriano Rafael Correa. Ya calumniaron igualmente, a la Universidad Nacional Autónoma de México. Ya calumniaron a Hugo Chávez, a Evo Morales, a Daniel Ortega y a importantes figuras del Partido de la Revolución Democrática de México.
Pero ahora, en el colmo, de su actividad desinformadora y desorientadora, acusan a las FARC de mantener nexos con una agrupación de taxistas de la ciudad de México afiliada al Movimiento Popular Francisco Villa, organización de lucha urbana de las masas empobrecidas generadas por la política neoliberal de los últimos cuatro sexenios.
¿Qué mejor para descalificar a una organización independiente, combativa y popular que satanizarla sin más argumentos que las calumnias ideadas por los tanques del pensamiento estadounidenses y mexicanos
Es la misma estrategia usada para confundir y desinformar a la opinión pública empleada por décadas contra Cuba y ahora contra Venezuela, Bolivia y Ecuador.
La moda desinformadora de hoy es acusar de narcotraficantes, desestabilizadores y terroristas a grupos y personas indóciles a los mandatos de Washington. Y se ve que algunos periodistas mexicanos gustan de estar a la moda. Aunque sea realmente una moda fea, manida, sucia y finalmente inútil.
Mercenaria abusada
Es cosa pública y bien sabida que Estados Unidos financia con largueza a personas y membretes que en el interior de Cuba pretenden el derrocamiento del gobierno isleño y, de pasadita, la anexión de la patria de Martí al decadente imperio.
Pero esa convicción pública y antigua de mercenarismo hoy se ve ampliamente documentada. Se trata de cartas, correos electrónicos, grabaciones y filmaciones que documentan el flujo de dinero desde la Casa Blanca hasta los agentes de ésta en Cuba.
Uno de estos, de nombre Marta Beatriz Roque Cabello, recientemente dejó abundantes rastros documentales de sus peticiones de dinero a Estados Unidos y, consecuentemente, de los envíos de plata. Pero, ojo: la agente pide que le manden euros, no dólares. Prefiere una moneda dura. Abusada la mercenaria, ¿verdad?